Escalones – Juan M. Beardo

Son como una metáfora de la vida. Juntos uniforman una escalera por donde bajamos y subimos, aunque, a veces , nos detengamos para pensar qué camino seguir. Nos sirven para descansar de nuestro trasiego cotidiano, para sentarnos y ver pasar la vida ante nuestros ojos, para hacer un alto en el paseo o esperar a una enamorada. Se sube al estrado para ser premiados, al escenario para cantar y al púlpito para amedrentar.
Siempre me parecieron sugestivos y prometedores, solidarios y desinteresados. Menos para subir al cadalso, casi siempre arriba te esperaba un premio gratificante. Pero cuando bajabas, era para salir, abandonar o hundirte en el olvido mezclado entre la gente. Cuando los electrificaron perdieron todo su encanto y ya no nos resultaron ni familiares ni conocidos.
Subir,bajar,subir,bajar…