¿Qué es un fotógrafo aficionado? – Francisco Rocha

El presente artículo es una reflexión, hecha desde mi propia experiencia, sobre el modo en que nos desenvolvemos los fotógrafos aficionados. No deja de ser una percepción personal que me gustaría fuera completada y criticada por los comentarios de los que la lean.

El fotógrafo «pescador»

El fotógrafo aficionado; personaje peculiar, individuo mirado con recelo por la gente que lo ve actuar, tomado por «pirado» cuando capta imágenes fuera de lo que cualquier turista fotografiaría. Una persona que, de vez en cuando, se siente artista y se lanza a la calle con su equipo fotográfico como si fuera a la busca y captura de algo que en la mayoría de las veces no sabe bien qué es. Es como un pescador que lanza su caña al agua en un lugar en el que no sabe bien si hay peces o no. A veces hay, otras no. Así son, en muchas ocasiones la «capturas» del fotógrafo aficionado. Otras veces, empero, va a lugares en los que sabe que hay buenos «bancos de fotos» y allí hace su agosto, pero en otras muchas –quizá demasiadas- se lanza a la aventura «a ver si pican».

Satisfacción del «sí, eso es»

Muchas veces me he sentido observado por la gente cuando estoy fotografiando. Te miran como si estuvieras haciendo una tarea inútil, ¿de qué te sirve una foto de una huella en la arena, de la sombra de un perro, de una farola rota…? No les falta razón. Realmente no nos sirve para nada tangible, pero lo que no pueden observar es la sensación que siente el fotógrafo cuando capta esa imagen. Imagen que quizá sólo existiera en su inconsciente, pero que cuando dispara su cámara, pasa a formar parte del mundo real del fotógrafo y a ser su imagen, la imagen que buscaba, y  piensa con placer: «sí, eso es». Este proceso, proporciona al fotógrafo una satisfacción que sólo conocemos los que nos dedicamos a esto. Siguiendo con el símil de la pesca, es como sacar una hermosa pieza del mar, nos enorgullece, nos hace ser importantes.

Esta «captura» naturalmente, no se puede quedar sin ser vista, luego de la satisfacción de la toma, necesitamos que nos certifiquen el valor de la misma.  Por eso, nos apresuramos a mostrar nuestro trabajo a nuestros colegas, y que nos den sus bendiciones. A veces estas bendiciones no llegan. Nuestro trabajo no es comprendido, o simplemente no hemos conseguido trasmitir lo que queríamos. Bueno, no importa, somos aficionados, y como tales estamos en continuo proceso de aprendizaje, así que nuestro «fracaso» nos sirve para intentarlo de nuevo y seguro que volveremos a sentir la sensación del «sí, eso es».

¿De dónde viene el criterio estético del aficionado?

La técnica para el aficionado no es un impedimento. Mejor que peor, vamos aprendiendo cada vez más, hasta el punto de viejos aficionados que son verdaderos maestros, pero: ¿De dónde saca su criterio estético el aficionado? siempre me lo he preguntado y yo mismo me respondo con algunas reflexiones.

Por un lado, diferenciaría el aficionado que bebe de las fuentes de los fotógrafos consagrados por la historia de la Fotografía. Este aficionado «ve fotos» de maestros, y aunque no las copia, éstas dejan un poso en su memoria, que, a la hora de realizar su propia imagen ésta será una amalgama de conceptos adquiridos de diversos autores. No quiero decir con esto que la fotografía que realice no sea original, pero inevitablemente, todos (profesionales y aficionados) hemos recibido influencias de alguien y esto nos condiciona en nuestra forma de actuar.

Por otra parte, distingo al aficionado que sólo ve las fotos de sus colegas. Este aficionado difícilmente evoluciona hacia modos de expresión más creativos y convincentes. Es un poco la dinámica que ocurre, salvo honrosas excepciones, en los colectivos y clubes fotográficos. Estos aficionados sólo se basan en lo que sus colegas han hecho, y el producto sería la «elaboración de la elaboración de otro», sería un mundo un tanto «endogámico». Puede verse con frecuencia en el mundo de la concursística aficionada. Reiteración hasta el hastío de temas, encuadres, tonalidades, etc. En pocas palabras, seguir una moda.

Por supuesto está el aficionado «genio», una persona con una creatividad, espontaneidad y soltura que se sale de lo que sería la normalidad dentro del mundo aficionado. Este aficionado realmente trasciende la categoría de aficionado y no son raros los casos en que estos sujetos pasan a formar parte del mundo profesional por «meritos propios».

En resumen, el fotógrafo aficionado (y por supuesto el profesional) debe ver fotos, muchas fotos. Ésta, bajo mi punto de vista, es la única forma en la que nos podemos formar un criterio sobre lo que vale y lo que no en fotografía. Pero este «ver fotos» debe abarcar todo el mundo fotográfico posible y no ceñirse al entorno más próximo.
¿Es de calidad el trabajo del aficionado?

El trabajo del aficionado, generalmente, es anárquico. Pero esta anarquía responde precisamente a esa condición de afición. El aficionado fotografía por necesidad, una necesidad que le surge desde adentro, necesidad que se ha forjado desde el momento en que comenzó a interesarse por este arte y que se ha consolidado como una parte más de su vida.

Como cualquier necesidad, ésta surge cuando su ser se lo pide. Así, no hay forma de que el aficionado ordene su «apetencia» por hacer fotos, porque ésta va a surgir en cualquier momento; «voy un rato a hacer fotitos», «mañana me apetecería tirar unas fotos». El aficionado no está obligado a hacer fotos todos los días, hace fotos porque «le da la gana». El aficionado no vive de la fotografía, en todo caso vive con la fotografía

En la obra de muchos aficionados  podemos ver espontaneidad, frescura y ausencia de condicionamientos. Por todo esto, podemos decir que el aficionado está en una posición espléndida para crear obras de calidad, posee muchos de los ingredientes que facilitan la creación (libertad de elección, no necesidad de producir, ausencia de condicionantes crematísticos, laborales, etc.). De hecho las imágenes amateurs superan en muchas ocasiones a las de consagrados profesionales, que por diversos motivos no pueden quizá desarrollar libremente su arte.

Conclusión

Cuando termino de escribir esto, tengo la sensación de que he tratado el tema como si profesáramos una religión. Puede ser cierto si lo pensamos desde el punto de vista de que la religión es algo que entronca con los sentimientos y una absoluta convicción de creencias. Los verdaderos aficionados a la fotografía (como creo, sin falsa modestia, que somos los que componemos TerceroF) sentimos la fotografía, es algo que forma parte de nuestra personalidad y nuestro estilo de vida. Además creemos fervientemente en ella como medio expresar nuestros sentimientos, nuestras ideas y hacerlas imágenes.

En cada fotografía que hacemos hay un pequeño trozo de nosotros. No podemos, aunque queramos no reflejarnos en nuestras fotos.  Son nuestras creaciones, mejores o peores, y son, por qué no, el producto de nuestro hedonismo -aquella agradable sensación del «sí, eso es».

Francisco J. Rocha Cendón

Marzo 2007

6 pensamientos en “¿Qué es un fotógrafo aficionado? – Francisco Rocha

  1. muy bueno ,estoy de acuerdo en todo ,más que nada en lo del verdadero aficionado (como soy yo)sin estudios ,sin cámaras sin mirar para copiar solo para mejorar las fotos y simplemente «viendo» la foto antes de sacarla …..solo por el placer de fotografiar esa vista que te «obliga» a tomarla

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