Invierno (2015)

Y han vuelto los villancicos de siempre, y las felicitaciones fariseas de siempre y los regalos inservibles y las comilonas por costumbre y las risas sin motivo y los cuñados sabihondos felices y las asquerosas uvas y tampoco nos ha tocado el gordo y la borrachera sin motivo y todo eso que nos hace sentirnos tal como siempre.
Pero una mañana, al alba temprana, marchamos por una senda solitaria y fría, con la bruma que difumina el horizonte, sin flores en la cuneta, sin sol que nos caliente. Entonces miramos alrededor y sentimos que la vida palpita escondida entre las zarzas rociadas de escarcha. Hay una melodía sincopada que nos acompaña solidaria, esperando que encontremos la ruta de lo inesperado. Entonces, sorprendidos y admirados, vemos como el día se levanta y nos anuncia que el invierno es un tiempo de hermosa y tibia espera . Miramos hacia dentro y con la templanza de lo que vendrá y soñamos con un tiempo de flores.  Ven a mí, querido Invierno. Acompáñame viejo amigo.