
La vertiginosa revolución tecnológica de los últimos años, está relegando a los mayores a la imposibilidad de ser independientes en el momento de realizar una simple transferencia bancaria. ¿Estamos olvidándonos de nuestros mayores? La rapidez a la que avanzamos, está impidiendo la adaptación. Las dificultades que ya tienen se están viendo amplificadas debido a que tampoco hay profesionales dispuestos a enseñarles herramientas que les ayuden a sobrevivir a esta nueva época. Si estos cambios hubiesen sido menos bruscos, muchos de ellos habrían conseguido familiarizarse lo suficiente como para ir a un banco o hacer pedidos online. Es nuestro deber empatizar con el miedo que sienten al verse vulnerables y pensar que pueden ser estafados con una simple llamada telefónica no esperada. Por lo tanto deberíamos pensar nuevas formas de ayudarles en vez de limitarlos y hacerles dependientes de otras personas para realizar tareas que llevan haciendo «toda la vida».
Lucia Gessa Galisteo (alumna de primero de bachillerato)