“Especialmente en Abril” decía la canción. Y es el momento en que se abren los brazos para recibir al sol, olvidando las galernas y los vendavales, esperando a que nos rescate de las sombras y de las grises penumbras. Para ver como “al paisaje se le suben los colores a la cara”…
En una esquina cualquiera Soleá me da la mano y yo miro su cara triste, para envolverme de sentimientos antiguos y de olores y dolores al compás de un ronco tambor. Pero eso es solo una tregua, porque “ volverá a reir la primavera que por cielo, tierra y mar se espera”… Y repetiremos los gestos archivados de nuestra memoria. ”Sin olvidar, imprudentes, el consejo de Neruda: ”Que las nieves son más duras, en Abril especialmente”
¡Ah! ¿Que esa no es su primavera?… Pues lo siento, amigo. La verdad, es que las hay para todos los gustos.
Y en Buenos Aires, Octubre.