A veces, cuando la nostalgia nos hace revolcarnos en el pasado, recorremos pausadamente las imágenes que hemos ido guardando en los cajones de la memoria. No nos damos cuenta de que esas imágenes no son símplemente postales de otro tiempo,sino que nos retrotraen a momentos que fueron muy significativos en nuestra vida. Eso me ha ocurrido con la ciudad añil. Chefchaouen, la ciudad añil, fue y es una colección que me lleva a recordar un tiempo muy entrañable de mi ayer.
Por eso traigo hoy lo que escribi cuando la publiqué. No he cambiado ni un fotograma y ni una letra del texto.
«Chefchaouen,Chaouen, Xaouen,Vejer…
Recostada entre las faldas inminentes del Atlas y las encrespadas y rebeldes del Rif, se adormece en el tiempo con una nostalgia lejana y añil de aquel tiempo andalusí en que otras palabras y otros hombres les llegaron del otro lado del mar. Hoy,cansada de esperar el despertar rifeño,sufre el acoso impertinente de unos turistas que buscan aventura barata con derecho a desayuno,o la visita de jóvenes de buena familia buscando extraños paraísos de yerba y cañamón entre traficantes oportunistas, delatores y ganancias reales.
Con todo mi respeto, esta es la luz añil que yo vi en XAOUEN”