Los últimos trabajos fotográficos, tan mundanos y frívolos, nos han dejado el espíritu atribulado y el alma en cuarentena. Por eso, tratando de encontrar de nuevo el equilibrio y la serenidad, hemos rebuscado en los místicos y en los cenobitas y hemos hallado estos monjes que son ejemplo de recogimiento, mesura y sobriedad. Al repasar la vida de estos santos varones, no hemos podido evitar la tentación de reproducir sus imágenes e imitarles en su recto vivir. Los cuatro ya están en los altares. Nosotros estamos en el camino… pero vamos en sentido contrario..