Agobiados por el bullicio callejero de la ciudad y por la saturación de las playas atestadas, en Terceroefe hemos decidido este año buscar la tranquilidad y el sosiego de las profundidades del proceloso mar. Equipados como mandan los cánones de la inmersión, hemos desafiado los peligros y conquistado el paraiso del “mundo del silencio”. Creemos que el comandante “Custó” estaría orgulloso de vernos pasear con nuestro donaire por los sugestivos fondos coralinos de los mares del Sur (del Campo del idem, claro).
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